EL TIESTO EN EL BALCÓN

Sobre el balcón colgaban doce macetas con doce geranios en doce tonalidades diferentes. Doce personas que transitaban por la calle pasaron justo debajo del balcón en el momento en que una de las doce macetas se desprendió de su sujeción, cayendo al suelo. Pasó la maceta justo delante de uno de los doce transeúntes, cayendo ante sus pies, y detrás de otro que volvió su cabeza al escuchar el ruido. Otro de esos doce transeúntes tuvo que detenerse al ver que su precedente se detenía delante de la maceta esparcida por el suelo.

-¡Ten más cuidado, idiota!

Y, en el balcón, la dama-hidra de doce brazos con doce regaderas miró hacia abajo y dejó salir una lágrima justo antes de cortarse el brazo ahora sobrante. Once macetas de once geranios con once tonalidades y su hidra-madre de once tentáculos con once regaderas verdes. Y, como era de esperar, un transeúnte cruzó la calle.

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