“Son 17,50”. Miró su monedero. No tenía suficiente. Tendría que utilizar su plan del billete de 50.
–Tenga.
Extendió el billete de 50. La chica lo guardó en la caja y sacó el cambio. Se lo dio, entonces ella sacó el dinero que llevaba suelto, sonrió y dijo:
–Ay, espera. Creo que sí tengo suelto. Mejor dame los 50 y te lo doy suelto, por favor.
La chica volvió a abrir la caja y sacó el billete que le había dado. Ella le pagó los 17,50 y aún sonriendo salió de la tienda.
Un minuto después la chica salió precipitadamente a la puerta, miró a todos lados y volvió dentro. Cogió un papel y escribió: “Me da 50, le devuelvo 32,50. Le doy 50, me da 17,50. Ella me ha dado 50 + 17,50 y yo a ella 32,50 + 50”. Tachó el billete de 50 y escribió:
“Ella me ha dado 50 y yo a ella 32,50.
Ella me ha dado 17,50 y yo le he devuelto los 50. ¿Y los 32,50???
32,50 – 17,50 = 15. Entonces debo a caja 17,50 + 15 = 32,50”.
Y anotó en el margen: “Mierda”. Dio un puñetazo en el mostrador, fue al bolso, sacó un billete de 50 y lo metió en la caja, sacando los 17,50 que aquella timadora le había dado y guardándolos en su monedero.
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