EL CAOS DE LA LEY DEL CAOS

Todas las mañanas desayunaba una tostada con mantequilla y mermelada y un día se me cayó la tostada al suelo, aproximadamente a los cinco años de empezar a desayunar diariamente tostadas, es decir, unas mil ochocientas veinticinco tostadas más tarde; algo pudo salir mal mil ochocientas veinticuatro veces y no fue así, luego la ley de Murphy no se cumple y todas las leyes científicas han de cumplirse para poder ser leyes científicas, de modo que si Murphy afirma que si algo puede salir mal saldrá mal en realidad está fallando desde el propio enunciado, ya que la propia enunciación de esa ley es susceptible de hacerse mal y por lo tanto estar mal enunciada, con lo cual la propia ley no tendría sentido, pues si se cumpliera estaría mal enunciada pero si estuviera mal enunciada ya no sería esa ley y por lo tanto no se cumpliría. Sin embargo, la maldita tostada cayó por el puto lado de la jodida mantequilla.

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