CUALIDADES ENFRENTADAS: LA GENEROSIDAD FRENTE A LA MODESTIA

-Tómelo. Es suyo.
-Oh, no, muchas gracias, de veras. Es demasiado para mí, no puedo aceptarlo.
-¿Demasiado? No se preocupe, usted lo merece. Tómelo.
-De verdad que no, me hace usted sentir sofocado.
-Pero es que yo quiero dárselo, insisto.
-Y yo insisto en que es demasiado, por favor, se lo ruego.
-Lo dejaré aquí y, si camba de opinión, aquí seguirá para usted -zanjó, levantándose de la mesa en un acto de desapego.

Tres años después alguien lo encontró en el trastero.

-¿De quién es esto? ¿Puedo quedármelo? Es perfecto para mi hijo -dijo, y lo guardó sin esperar respuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario