EL DULCE LITERARIO

Le gustaba tanto comer como escribir, de modo que, fundiendo todas sus pasiones en una, compró mil placas de pan de oblea, muy fino, y calentó chocolate hasta licuarlo. Después se sentó y comenzó a mojar la pluma en el chocolate para escribir sobre las placas de pan, poco a poco, durante meses, palabra a palabra, su primera novela.

Cuando terminó, mientras la leía, se la fue comiendo, uniendo así sus dos placeres en uno.

1 comentario:

  1. Jajajajjaajjajj. Jor tía, eres una genia genial. Llevo una temporada que no me deja el chocolate. Se me derrite en la boca, y es un placer indescriptible, y como me gusta tanto leer, creo que me copiaré la receta que me das.
    Te ruego me disculpes por tardar tanto. El tiempo no me llega.
    Te doy un abrazo con todo mi corazón.
    Envíame un mensaje y me cuentas como estás.

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